miércoles, 6 de marzo de 2019

¿Somos lo que creemos o lo que creen que somos?

¡Buenas a todos! ¿Todo bien? ¿Todo correcto? ¡Me alegro!
¿Creéis que vuestras expectativas sobre algo puede influir en la forma en que las tratáis? Mejor dicho, ¿tratáis algo de mejor manera si vuestras expectativas son buenas? La respuesta ya os la digo yo: sí.
Cuando los seres humanos tenemos buenas expectativas sobre algo, estas se acaban cumpliendo, pero no gracias a nuestra "intuición", sino a que esta buena visión hace que desarrollemos ese "algo" por encima de las demás cosas (de manera inconsciente). Así dicho es un lío, ¿verdad?. Bien, pues para facilitaros la explicación, aclararé que la influencia dependiendo de nuestras expectativas se conoce como 'Efecto Pigmalión'. Este es el tema que hemos tratado hoy en clase y me ha parecido bastante interesante, por lo que vamos a investigar sobre él.
¿Qué es el efecto Pigmalión? Según Álex Rovirael Efecto Pigmalión es el proceso por el cual las creencias y expectativas de una persona respecto a otro individuo afectan de tal manera su conducta que el segundo tiende a confirmarlas. Es decir, nuestras expectativas sobre una persona hacen que nos comportemos de una forma con ella que hace que sus respuestas hacia nosotros confirme nuestras ideas iniciales.
Como hemos visto en el vídeo anterior, el estudio realizado a lo largo del S.XX mostraba que se confirma lo que conocemos como Efecto Pigmalion. Los profesores trataban a esos alumnos con falso expediente con mucha más paciencia ya que, supuestamente, tenían más capacidades. Estos chicos se sentían verdaderamente motivados por sus profesores por lo que trabajaban más y le ponían más empeño, dando como resultado final una notable mejoría respecto al resto de compañeros.
Esto demuestra que la forma en la que nosotros vemos algo, o la forma como nos tratan influye notablemente. No es lo mismo ir a una clase donde se te trata como un auténtico inepto que ir a una clase donde se te trata como el mejor. En la primera clase, acabarás creyendo que verdaderamente no vales y no trabajarás lo suficiente por lo que los resultados demostrarán que las expectativas del profesor eran ciertas. En la clase donde te traten bien te sentirás motivado y, aunque se te de fatal cualquier cosa, conseguirás hacerlo simplemente por agradar al profesor, lo que confirmará sus buenas expectativas sobre ti. 
Al igual que pasa en las aulas, puede pasar en la vida cotidiana. Si un día un niño se comporta mal (por cualquier motivo) y gente que hay a su alrededor teoriza que es un niño conflictivo y se lo repiten constantemente, el niño puede llegar a creer que es un niño conflictivo y convertirse en ello realmente.
  
Muy semejante al efecto Pigmalión, aunque no lo hayamos visto en clase, es el 'Efecto Galatea'. Al investigar acerca del efecto Pigmalión he descubierto este último y me parece verdaderamente interesante. El Efecto Galatea según 'Psicología y Mentese refiere al poder que tiene la creencia respecto a las propias capacidades y posibilidades o la falta de éstas a la hora de conseguir o no el éxito en nuestros objetivos. 
Las personas que se sientan seguras de sí mismas, probablemente llegarán a alcanzar sus metas ya que su comportamiento va a estar más centrado en conseguirlas. Se esforzará por sí mismo y va a sentirse más comprometido a la hora de llegar a los objetivos. Sin embargo,                  
la persona que se sienta incapaz por falta de confianza, no se va a atrever a intentar cumplir sus objetivos. Dudará, visibilizará posibles errores y fracasos,etc. por lo que será más probable que no llegue a sus metas.

Considero que los docentes tenemos el objetivo de trabajar con ambos efectos pero siempre para sacar el lado positivo de los niños. Hacerlos ver a todos que los tratamos como si esperaramos grandes resultados de ellos (efecto pigmalion) hará que todos se sientan verdaderamente motivados y que trabajen por el simple hecho de "tenernos contentos". En mi colegio, había muchos profesores que me trataban de manera "especial" porque esperaban grandes resultados de mí, y al final los acababa consiguiendo. Sin embargo, con aquellos profesores que se mostraban indiferentes conmigo, no obtuve el nivel de resultado que con los anteriores. Por eso considero que es muy importante hacer creer a los niños que esperamos muchas cosas de ellos para que de esta manera se sientan motivados y trabajen.                                
Respecto al Efecto Galatea, debemos entrenar a los niños a                      Fuente de imagen
creer en sí mismos. Que sepan que son capaces de conseguir lo que ellos se propongan y que conozcan la gran cantidad de capacidades que tienen. Halagarlos cuando lo hagan bien, restarle importancia a sus fallos y animarlos en sus peores momentos es indispensable para trabajar el Efecto Galatea.
Si se trabajan ambos a la vez en las escuelas, creo que se obtendrían muchos mejores resultados.

Esto es todo por hoy. Espero que hayáis aprendido un poquito más acerca del efecto Pigmalión y Galatea y que sepáis usarlo (siempre desde el lado positivo) para animar a vuestros seres queridos. Nos vemos en la siguiente. ¡Buen día!

                                                                   Fuente de imagen

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